miércoles, 29 de mayo de 2024

Soñar y hacer es democracia.


 Por Carlos Hdez. Guerrero

Mayo de 2024

Recuerde que la democracia no se reduce a sólo un activismo partidista, al aplauso por un candidato, a llevar colores en la ropa, a cruzar un símbolo en la boleta.


La democracia es mucho más compleja: es ser político, que es una propiedad natural de nuestra especie, que se explica por una responsabilidad con su familia, sus vecinos, su comunidad. Se discute y se respeta la opinión de otros, así como respetar una decisión de manera colectiva.

Se escucha, se propone. Se defiende el derecho a la manera de pensar y de manifestarla. Se barre la calle, se pagan impuestos, se cuida a las niñas y niños, se comparte la lectura, se visita a los enfermos, se cuida a los ancianos, defendemos las áreas verdes y rotegemos a los animales, es tolerar y privilegiar la concordia, en pocas palabras, amar la paz.

Y aun así, me he quedado corto, porque la democracia es una utopía, y como tal, es algo que se persigue de manera permanente.

Una visión que apenas estamos conscientes desde que emitimos nuestra primera petición al nacer, una exigencia donde intercambiamos sollozos y lágrimas con leche materna. Política pura. Así nace el intercambio natural para mantener una relación virtuosa que luego se va incrementando y modificando. Tomamos decisiones, y de éstas se derivan los rumbos de nuestras vidas. Hoy estás con un color, mañana estarás con otro, la democracia es una red de caminos inciertos, defenderás algo que quizás en un tiempo no muy lejano tendrás que rechazar. Equivocarse quizás no sea una virtud, pero es, en cierto modo, un derecho que también debemos defender.

Ser político no es una opción, vivir en democracia es un sueño que merece ser perseguido.

Bertand Russell dijo alguna vez:

Estar dispuesto a cambiar es de personas inteligentes. El inconsciente gobierna nuestra vida, y el inconsciente está formado por nuestras creencias, muchas de las cuales son falsas aunque las demos por ciertas. Tener una actitud de apertura ante todo y todos nos sitúa en mejores condiciones para seguir creciendo. Como ya dijese Keynes, «lo más difícil del mundo no es que la gente acepte nuevas ideas, sino que olvide las antiguas»; algo parecido a lo que pensaba Goethe: «Ten cuidado con lo que aprendes que no podrás olvidarlo». Estar abiertos al «desaprendizaje» es absolutamente imprescindible para que el verdadero aprendizaje tenga lugar. Muchas veces, lo que pensamos que conocemos es lo que realmente nos impide aprender.

CComo dije, se vale soñar, creer que el mundo puede cambiar, que una lágrima o una sonrisa, sea el motivo para lograr lo imposible.


PPensamiento previo al proceso electoral de México del 2 de junio de 2024.

Pdt: Me puedo equivocar, que ya ha pasado en varias veces.


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