Esa
cosa que es la poesía.
Reflexión
sobre el libro del escritor Juan Manuel Ramírez Palomares.
Por
Carlos Hernández Guerrero
El pasado 2 de Abril tuve la
oportunidad de acudir bien acompañado por mi esposa y mis dos niñas a la Quincuagésima
Feria del Libro y Festival Cultural Universitario de la Universidad de
Guanajuato, para ser testigos de la presentación del libro ¿La poesía es una cosa? del escritor Juan Manuel Ramírez Palomares,
quien además de ser una maravillosa persona, es amigo de familia.
Luego de haber convivido en
los espacios de este evento literario, vivimos una anécdota para recordar en la
carretera que lleva a San Miguel de Allende (nuestro destino para descansar ese
día), aunque no abundaré en este hecho, pero es digno de mencionarlo, un suceso
inesperado para ser meditado, y las precauciones que se deben tener para un
viaje seguro.
Esta reflexión se
circunscribe en la obra del Maestro Ramírez Palomares, desde el momento que,
sentados en la escalera de los patios de la Universidad del Antiguo Hospicio
Jesuita, escuchaba atentamente las reflexiones que nos compartía sobre su obra,
y las intenciones que tiene para con los niños. En otras palabras, el maestro
nos menciona que se tiene que colocar en un plano que no es el de los hombres
mayores, sino en el de las mentes infantiles y sus formas de vivir con la
lectura al frente. Por otro lado, mientras nos leía algunos fragmentos de su poesía
contenidos en esta publicación, construíamos imágenes dirigidas, predispuestas
por los dibujos que acompañan a cada página, bellamente ilustrados, desde mi
punto de vista, por Lilián Bello Suazo.
Para comenzar, el título ya
nos invita a buscar respuestas, y nos encamina sutilmente a dar vuelta a la
portada. Si se tiene una mente de crítico de la literatura con toneladas de
papel digeridos como lector con experiencia, podrían caer en malabarismos
intelectuales: “¿qué es la poesía?, ¿que la poesía es una cosa?, ¡acaso no es una pregunta trillada!” Pero no me gustan las posiciones de personajes que
deambulan en universos perdidos de palabrería insurrecta. La posición que
guarda la obra que nos presenta el escritor, sale de ese contexto esquizofrénico
con el que mezclan filosofía y poesía, aunque sean temas de disciplinas
íntimamente conectadas y tan atractivos
para el pensamiento y el ambulantaje cultural. (No puedo evitar sin embargo,
citar una parte de los ensayos críticos de Ramón Xirau, acerca del sentido de
la palabra cuando se intenta encontrar una definición de lo que se entiende
como poesía:
Tan
difícil es definir lo poético como da una idea precisa de lo que entendemos por
poesía. No sólo porque, hecho vivos, poseía y poema se deforman con la
definición; no solo porque cualquier descripción del hecho poético se enfrenta
con la vaguedad del término mismo de poesía y al término poema igualmente vago;
muy principalmente la dificultad surge de la multiplicidad de significados que
han dado a la palabra poesía.)
(Fragmento del poema Todo)
Todo
cabe
en un poema
sabiéndolo
acomodar
caben
el sol y la luna
también
las olas del mar
caben
tus pies y tus manos
junto
a la estrella polar
caben
canciones y cuentos
como
el de nunca jamás
(…)
Pensar en los niños, aunque
también podría decirse que se han hecho trabajos editoriales con temas
similares, es un objetivo bien planteado en la obra. Aclara sin embargo, que “es
una invitación para niños, padres de familia y maestros, para atisbar y
adentrarnos en el mundo de la poesía, como lectores o escritores”, dice en la
contraportada. Cito además esta parte que es indispensable, como dice ahí
mismo, “a juicio de quien lo escribió”:
La
poseía ES, dicho de otra manera sencilla, existe alrededor nuestro y requiere
para ser apreciada atención, contemplación y disposición para percibirla en los
seres de la naturaleza, en los objetos, en los fenómenos físicos y químicos; en
uno mismo y en los demás que somos. La poesía ES UNA, no importa el tiempo, la
forma, los medios, ni la “corrección” con que se exprese. ¿La poesía es una
cosa? Es frecuente confundir el recipiente con el contenido y llegamos a pensar
que la poesía es el poema, y que por lo tanto, solamente es un conjunto de
letras con algún sentido oculto sobre el papel. En cuanto se considera que es “una
cosa”, un objeto, se ha relegado al desván de los libros o se elude como un
obstáculo.
La claridad de la palabra
bien conectada con las imágenes que se recrean durante la lectura, nos pone en
la intención del escritor. Durante la charla que se dio en esa presentación,
nos comentaba Ramírez Palomares haber dado la indicación a Lilián de que “jugara”
con su trabajo. Imagino la labor que quedó luego de escudriñar los renglones y
ponerlos en una pantalla mental. Creo que no puede ser difícil traer imágenes,
porque muchas de éstas, ya están dadas de una manera casi infinita en el
lenguaje que nos manifiesta el trabajo realizado. El problema estuvo, quizás, en
atraparlas en ese viento imaginativo para luego ilustrarlas con dedicación,
cuestionando incluso, si ha alcanzado lo que antes fue concebido en los
pensamientos de su creador.
(Fragmento del poema Voces)
Voces
(… )
algunas parecen sucias
es por eso que las callo
pero las digo en secreto
cuando nadie está escuchando
una palabra destruye
otra nos da la paz
brillan y lucen sonoras
por eso me gustan tanto
las palabras
con su encanto
Los
huecos de nuestra conciencia cuando se es niño, y cuando se quiere ser niño. Y
esas voces que nos acompañan siempre, y las usamos, y las guardamos en ese
proceso de crecimiento por el que pasamos todos. El trabajo tiene un
pensamiento dirigido a los niños, sin duda, pero como dice el libro al
principio: dedicado “para ti, y para mí”.
El producto,
descargado en una “cosa” que es un libro, ha sido para mí una experiencia importante
como lector, y como admirador del arte que envuelve ingeniosamente en poesía el
cariño, ya no sólo por las letras, sino por un fin superior como mensaje del
maestro Ramírez Palomares: el alma de los niños de hoy y de siempre:
(Fragmento de La Poesía es una cosa)
La poesía es una cosa
que está frente a los ojos
cerca
lejos
y en la luz de los espejos
así alcanza la mirada
a descifrar en la niebla
en el cielo infinito
en la transparencia del agua
en el centro del fuego
en lo alto del aire
(…)
Algo
como esto, no puede “eludirse como un obstáculo”. Los invito a poseerlo, a
releerlo de vez en cuando y volverlo a poseer. El ejemplar que tenemos en casa,
es por ahora, el que permanece en nuestro escritorio de familia, como el buen deseo de un amigo.
Datos
sobre su presentación en la 57 Feria del Libro de la Universidad de
Guanajuato_: http://www.extension.ugto.mx/index.php/talleres/70-la-poesia-es-una-cosa